No es sorpresa que el éxito de CUPRA como marca independiente, haya desplazado a la que antes era considerada como una gama deportiva para Seat. Sin embargo, la firma de Martorell, decide traer a México en una cantidad muy limitada, la variante FR de su hatch consentido, y lo hace con una configuración de motor turbo y caja manual que no defrauda y le da ese toque picosito que los entusiastas de la conducción, agradecerán.
Tratamiento discreto
Antes de entrar de lleno en el manejo, que claramente es lo más interesante de este Ibiza FR, repasemos brevemente lo que el subcompacto tiene que ofrecer a nivel estético.
El tratamiento deportivo, estéticamente hablando, es bastante sutil, limitándose a un diseño de rines exclusivo de 17”, detalles en negro y cromo para los parachoques delantero y trasero, así como carcasas de espejos laterales en color negro y el emblema FR en la parte trasera. La ecuación funciona, es discreta pero bien lograda, aunque en lo personal, me hubiera gustado un poco más de propuesta para diferenciar la versión del resto de la gama.
Sumamente equipado
Al interior, lo que más destaca son los detalles el color rojo para las ventilas del aire acondicionado, que por cierto es automático y de doble zona, así como las costuras en el mismo color, que adornan el volante, asientos, forros de palanca y freno de mano. El cuadro de instrumentos digital personalizable y la pantalla táctil de 9.2” compatible con Apple CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica, puertos USB C, cargador inalámbrico, así como sonido firmado por Beats, complementan el equipamiento interior.
No tengo queja alguna en cuanto a la selección de materiales, es bien equilibrada entre los tactos duros y suaves. El espacio es el correcto y en términos generales, la experiencia a bordo es sumamente agradable, en parte gracias a que la operación del aire acondicionado, no depende de la pantalla central y es independiente, algo que en lo personal, agradezco bastante.
Antes de tocar sensaciones de manejo, hablemos de seguridad. Ya que esta versión de Ibiza, está equipada con una muy buena dosis de seguridad, donde podemos encontrar elementos como seis bolsas de aire, ABS, ESC, cámara de reversa con sensores, monitor de presión de llantas y alerta de cansancio para el conductor.
Manejo a la altura de las circunstancias
Ahora sí, llegamos a la parte que más me gustó de esta versión, que aunque tiene sus puntos flacos, el comportamiento dinámico en general, es bastante bueno. Primero que nada, se agradece el motor turbo, acoplado a una caja manual de 6 cambios, la combinación es ganadora nada más por eso, el tacto del embrague y el recorrido entre marchas es sumamente cómodo, sin perder sensaciones en ningún momento.
El TSI de 1.0 litros, ofrece una potencia de 115 hp y 148 lb-pie de par, prometiendo un 0 a 100 km/h en aproximadamente 9.3 km/l y un consumo de 22.8 km/l. Sí, es un motor de consumos bajos, unos 15 km/l es lo que arrojó durante la semana que lo estuvimos manejando en situaciones varias, mismas situaciones donde también pudimos constatar qué hay que entender el comportamiento del motor y jugar mucho con las revoluciones, para que el desempeño sea óptimo. Un ejemplo es que al pasar un tope, normalmente podrías bajar a segunda para poder pasarlo, aquí tienes que bajar hasta primera, ya que el tacómetro baja y es donde se hace presente el famoso cascabeleo cuando las vueltas motor no son correctas para la marcha en la que se está.
Fuera de ello y una vez encargado, la conducción es muy divertida y muy dinámica, una vez dominado lo antes mencionado. Por lo que a pesar de tener tres pedales, la conducción se disfruta bastante.
Una vez que terminó la prueba, llegué a la conclusión de que sí tendría un Seat Ibiza FR en la cochera, bueno, siempre y cuando tuviera los $479,900 que cuesta hacerse de una de las 60 unidades que estarán disponibles en México.
