El fuego lo devora todo y es el peor enemigo si nos lo encontramos en carretera o peor aún, en nuestro vehículo. Antes de salir despavorido hay que intentar pese a todo mantener la calma y llevar a cabo estos tres sencillos pasos que hoy traemos. Antes de empezar, cabe subrayar las posibles causas que pueden originar que nuestro coche comience a arder.
Afortunadamente, los casos de coches en llamas no son muy comunes. Una pequeña llama de un cigarrillo sobre la tapicería del coche puede comenzar un fuego, además existen causas mecánicas del coche que pueden provocar el inicio de las llamas.
La primera de ellas es el calentamiento debido a las altas temperaturas que se alcanzan en el motor, superiores a los 100º C. Cualquier tipo de avería, véase una manguera desprendida, puede provocar el vertido de combustible sobre zonas inflamables como los colectores de escape. Es por eso que es esencial mantener el vehículo en buenas condiciones. La buena noticia es que el coche advierte mediante la subida de temperatura del motor y probablemente a través de algún estrepitoso sonido.
La segunda causa menos común que la anterior es un fallo en el sistema eléctrico. Un fallo en el cableado del coche puede provocar llamas debido a un sobrecalentamiento de algún componente eléctrico que hace saltar la chispa que provoca el fuego.
El estado del cableado puede provocar la rotura de alguno de ellos y que, tras friccionar con una parte metálica, prenda fuego también. El olor de este tipo de fuegos suele ir acompañado por un fuego oscuro y un olor a goma quemada terrorífica a la par que desagradable.
Reduzca riesgos
1. Visite al mecánico. Lleve su vehículo a que lo inspeccione un mecánico de, especialmente antes de realizar un viaje largo.
2. Revise líquidos y busque fugas. Examine con regularidad los niveles de líquidos (aceite, transmisión, anticongelante, frenos y dirección hidráulica), y fíjese si hay fugas o conductos/mangueras deteriorados.
3. Mantenga limpio el motor. Elimine del motor la acumulación de aceite y grasa, dos elementos altamente inflamables.
4. Use sus sentidos. Ponga atención a los ruidos, olores y al tablero de instrumentos de su vehículo. Si nota algo inusual, llévelo para que lo revise un técnico inmediatamente.
5. Cuide su vehículo. Cuando el clima es cálido el motor de su vehículo opera a temperaturas más altas de lo común. Evite el tráfico pesado y conducir de manera agresiva.
Una vez te percates de que la cosa no pinta bien por el humo que comienza a salir del capo, para lo cual hay que mantener los cinco sentidos atentos durante la conducción, lo primero es intentar mantener la calma lo más posible y seguir estos tres sencillos pasos:
- Detener todo, incluido el motor después de estacionar en cualquier lugar fuera de zonas de plantas y hojas que puedan prender fuego. Apagando el motor se elimina la corriente de alimentación de combustible o aceite que avivaría las llamas. Si es posible, poner las luces de emergencia pero, sobre todo, hacerlo con la mayor brevedad posible ya que cuando más tiempo trascurra, más fuego habrá convirtiéndose en incontrolable.
- Evacuar el vehículo, en el caso de que haya algún inconsciente, alejarlo del vehículo. Alejarse al menos 50 metros y llamar a los servicios de emergencias.
- Si te sientes con fuerzas suficientes y no has inhalado demasiado humo puedes intentar acercarte al vehículo para localizar el foco del fuego. En caso de que cuentes con un extintor a mano, puedes intentar extinguir las llamas siempre que mantengas tu vida y la del resto a salvo.