Cuando vamos junto al que conduce solemos caer en el error de pensar que no tenemos ningún papel durante el trayecto. Nos relajamos, decimos “¡Mira que bonito!” o “Deberías haber cambiado de velocidad hace dos horas”. O peor aún: dormirte. Costumbres que debemos desechar, por el bien de tu seguridad y por el de tu acompañante, el cual, no debemos olvidar, tiene el volante y tu vida en sus manos. Aquí van algunos consejos:
- No te duermas
Puede que en algunas ocasiones el conductor agradezca que su copiloto se vaya a dar una vuelta con Morfeo (el de Matrix no), pero en viajes largos puede ser un suplicio ver como al otro se le desencaja la mandíbula mientras intenta no romperse el cuello con las cabezadas. Si no cumples esta norma, el resto dará igual. Es importante que te mantengas alerta ante cualquier imprevisto, de forma que el que conduce pueda centrarse en conducir.
- No lo distraigas
Tocar todos los botones, la radio, poner música demasiado alta, cantar incesante y desafinadamente, son todas acciones que pueden acabar en la pérdida de los nervios del piloto. Lo que sí debes hacer es manejar dispositivos que puedan alejar sus manos del volante, como el GPS o el móvil. Ayudar sí, distraer no.
- No infundas miedo o inseguridad
¿Alguna vez has frenado estando de copiloto? Por probabilidades, seguro que te has asustado ante un frenazo repentino o un obstáculo y has pisado a fondo…la alfombrilla. Fruto de nuestros miedos, podemos llegar a incomodar al que conduce e incluso transmitir esa sensación de inseguridad. Así que quita la mano de las agarraderas y adopta una actitud calmada y sosegada.
- Si no estás seguro de que tengas sentido de la orientación, desiste
Volver loco al conductor con indicaciones contradictorias (como cuando te dicen gira a la izquierda señalando a la derecha) no es aconsejable. Si no estás seguro de la ruta, abstente de gritar en el último tramo de la mediana “¡Por ahí!” Tampoco lo es lanzar mensajes catastróficos del tipo “por aquí vamos a dar mucha vuelta”, “Ya te dije que íbamos a encontrar tráfico”, etc. Agarra el GPS, asegúrate antes de que el nombre es correcto para no acabar en el fondo de un lago, y respira. Algún día llegaran.
- No lo critiques
Proyectar tus manías y quejas en coche ajeno no es buena idea. Son los nervios del conductor los que las van a recibir, y puede que no de forma constructiva. Evita los típicos “Deberías cambiar de velocidad”, “Vaya forma de conducir”, “Yo habría elegido una ruta mejor”. El conductor sabe perfectamente qué hacer. Y puede que lleve una pistola en la guantera.
- Atiende a tu conductor
Ayúdale a la hora de beber agua, comer algo, buscar los lentes de sol, etc, facilitándole la tarea. Tiene las manos ocupadas.
- Vela por la seguridad vial
Permanece atent@ a las condiciones del tráfico y de la vía. Puede que haya algo que el conductor no haya advertido, pero tú sí gracias a la libertad de movimientos que te proporciona el puesto de copiloto.
- No seas permisivo con las malas prácticas
Si se advierten conductas irresponsables y negligentes, como no respetar la distancia de seguridad, utilizar el celular mientras conduce, superar los límites legales de velocidad o efectuar maniobras sin señalizar es recomendable avisarle de la situación. Contundentemente.
- Respeta sus normas
Si no le gusta que pongas los pies en el tablero (no te recomendamos hacerlo), que fumes, que te descalces o que pongas la música demasiado alta, respeta sus normas.
- Estate disponible para conducir
En caso de cansancio, que estés dispuest@ a relevar al conductor resulta fundamental. El descanso cada dos horas de viaje es obligado. Evita tomar cafeína en exceso o comidas muy calóricas.