Bio-Bean, una empresa tecnológica que se ha dedicado a industrializar el proceso de reciclaje para convertir los posos de café en biocombustibles y productos químicos, quiere hacer funcionar un autobús londinense durante un año, con dicho combustible natural, por lo que necesitará aproximadamente 2,55 millones de tazas de café para lograrlo.
Como parte de un proyecto especial respaldado por la iniciativa #makethefuture de Shell, Bio-Bean se asoció con la petrolera y con la mezcladora de combustible Argent Energy para crear el primer biodiésel creado con café.
Dicho biocombustible es una mezcla llamada “B20”, la cual nace mezclando primero el aceite de café extraído de los posos de café residual con otras grasas y aceites. Posteriormente Argent Energy usa estos aceites para crear biodiésel, que a su vez se mezcla con diésel mineral.
La empresa asegura que el B20 ofrece una reducción del 10 al 15% en las emisiones de CO2 en comparación con el diésel tradicional, al mismo tiempo que evita que el café desechado se envíe al desagüe donde libera metano, que es 28 veces más potente que el dióxido de carbono.
Si el experimento con el autobús funciona, podría resultar altamente efectivo, no sólo para Londres, si no para otros países donde el consumo de café también es alto.
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